sábado, 17 de diciembre de 2011

Principios


- N U E S T R O S   P R I N C I P I O S - 


La defensa de la educación libre, gratuita y laica, y de excelencia para todos sin excepciones, a la que consideramos como el mayor reaseguro de la movilidad social.

La defensa del desarrollo científico, industrial y tecnológico de nuestro país.

La defensa de los derechos de las minorías religiosas, sexuales y étnicas, y de la libertad de expresión de todos los ciudadanos independientemente de su poder económico y político.

La defensa del derecho de todos los ciudadanos a vivir una vida plena sin privaciones de ningún tipo.

La defensa de los derechos de los trabajadores y los estudiantes, que generan la verdadera riqueza de las naciones.

La defensa del Estado Laico como principio igualador de la sociedad.

La defensa de un modelo de desarrollo nacional autónomo destinado a asegurar la prosperidad de nuestros compatriotas y de las generaciones futuras.

La defensa de la política como la actividad organizadora por excelencia de la sociedad 
y como la herramienta fundamental para asegurar el pleno desarrollo de las 
capacidades de nuestra Nación.

Libertad, Igualdad y Fraternidad nuestros objetivos   
Ciencia, Justicia y Trabajo nuestros métodos



jueves, 15 de diciembre de 2011

ACACIA DEL SUR SE EXPANDE


La Mesa de Conducción de ACACIA DEL SUR comunica a los compañeros que se ha resuelto autorizar la constitución de filiales de nuestra agrupación en diferentes puntos del país, a partir de la propuesta de varios compañeros que nos piden levantar nuestras banderas en apoyo de Gobierno nacional y popular.



En función de lo hablado se revolvió abrir filiales de Acacia del Sur en territorio bonaerense en los siguientes puntos:
- La Plata.
- La Matanza.
- San Martin.
- San Vicente

Asimismo, se aprobó la conformación de Acacia del Sur en los siguientes puntos del interior del país:

- Córdoba
- Mendoza
- San Juán 
- San Luís
- Santa Fe
- Chaco 

Acacia del Sur, además, señala su satisfacción por haber participado el sábado 10 de diciembre de los festejos populares por la asunción de la compañera Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en su segundo mandato al frente del Poder Ejecutivo Nacional, en la Plaza de los Dos Congresos, por la mañana, y en la Plaza de Mayo por la tarde.


Agradecemos a todos los compañeros que se sumaron a esta participación masiva que sirvió para apoyar el nuevo gobierno popular que se extenderá hasta 2015.

Mesa de Conducción (CESL)
Acacia del Sur
En defensa del modelo nacional y popular

miércoles, 14 de diciembre de 2011

"Manuel Dorrego el y voto popular". por Pacho O’Donnell

En estos tiempos electoralistas es bueno recordar a alguien que, ¡un siglo antes de la Ley Sáenz Peña!, insistía en que los sectores populares, a través del voto, debían intervenir en los asuntos públicos de nuestra Patria recién nacida. 

Manuel Dorrego fue el primer jefe popular urbano, así como Artigas lo fue de la campaña. Los orilleros, los negros, lo reconocían como quien representaba sus intereses en el Buenos Aires oligárquico y liberal. 


No fue entonces casual que hiciera su aparición en nuestra historia una palabra que cobraría especial significación a mediados del siglo XX: en sus apasionantes “Memorias” el general Iriarte cuenta que cierto día, acompañado por Carlos de Alvear, se cruzaron con Dorrego en una de las calles céntricas de Buenos Aires. “-Caballeros -les dijo el jefe federal-, les aconsejo que no se acerquen mucho... -Como quien no quiere contaminar”. Don Manuel vestía un traje ostensiblemente desaliñado y su apariencia era desprolija. Iriarte anotaba entonces: "Excusado es decir que esto era estudiado para captarse la multitud, los ‘descamisados’".

El asesinato, que eso fue y no fusilamiento pues no se cumplió con los rituales castrenses correspondientes, se decidió en torno a una mesa, conciliábulo del que participaron el sacerdote Julián de Agüero, Valentín Gómez, Juan Cruz Varela, Salvador María del Carril, Martín Rodríguez, José Díaz Vélez, Bernardino Rivadavia (representado por el francés Héctor Varaignes), quien era en realidad el líder en las sombras. No en vano San Martín, en rabiosa carta a O’Higgins, los llamó “Rivadavia y sus satélites”. Todos ellos homenajeados en avenidas y calles de ciudades argentinas. 

De la lectura de los discursos de don Manuel en la Legislatura porteña, donde representaba al Santiago del Estero del interesante caudillo y gobernador Felipe de Ibarra, emerge su pertinaz insistencia en el respeto a la voluntad popular, lo que estaba en las antípodas del proyecto de los “decentes” porteños. “¿Qué reproche no podría resultar contra el Congreso si diese una constitución que dijese ‘ésta ha de ser la forma de gobierno’ cuando ésta no estuviese en consonancia con la opinión de los pueblos?”.

Cuando la constitución cortada a medida de los intereses antinacionales y antipopulares de la oligarquía unitaria negó el derecho a votar a “los criados a sueldo, peones jornaleros y soldados de línea”, es decir a los sectores populares, Dorrego denunció entonces en el recinto dominado por sus adversarios: “¡He aquí la aristocracia del dinero! Sería entonces fácil influir en las elecciones porque no es fácil influir en la generalidad de la masa, pero sí en una corta porción de capitalistas. Y hablemos claro, ¡en ese caso el que formaría (definiría) la elección sería el Banco! ”. 


Ese mismo banco dominado por comerciantes británicos y sus socios criollos que, tiempo después, fue activo partícipe de su derrocamiento al negarle los generosos créditos de los que había disfrutado su antecesor Rivadavia, cuyas tropelías y venalidades había denunciado el jefe federal desde su banca y desde “El Tribuno”. 

Cuando hubo de asumir como gobernador de Buenos Aires, no como presidente pues la constitución unitaria había caído junto con su inspirador y beneficiario, Dorrego no olvidó, en su discurso de asunción en la Sala de Representantes, su respeto por la voluntad popular: “Resignaré gustoso el mando desde que el verdadero concepto público no secunde mis procedimientos”. 


Nota publicada por la Agencia de Noticias Télam: 
http://www.telam.com.ar/suplemento/50/nota/1097/