La provincia de Buenos Aires va camino a convertirse, nuevamente, en el territorio decisivo de las elecciones del 23 de octubre. En la primera encuesta –exclusiva para Página/12– que se publica después del acuerdo de Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez, la presidenta Cristina Kirchner le saca nada menos que 36 puntos al candidato radical, su más cercano perseguidor, mientras que el gobernador Daniel Scioli establece también una diferencia de magnitud –alrededor de 30 puntos– sobre De Narváez.
Semejantes resultados en el distrito en el que votan cuatro de cada diez argentinos marcan una ventaja enorme, prácticamente indescontable a nivel nacional. “Pesa el clima de reactivación y de buena imagen de los dos gobiernos, el nacional y el bonaerense. Scioli y su buena relación con el gobierno nacional vuelven a ser claves, decisivos”, sostiene el consultor Enrique Zuleta Puceiro.
Las conclusiones surgen de una vasta encuesta realizada en territorio bonaerense por Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), la empresa que encabeza Zuleta Puceiro. En total, se relevaron mil personas en 35 localidades distribuidas entre el primer, segundo y tercer cordón del conurbano y el interior provincial. Parte del trabajo se hizo domiciliario –los casos en el Conurbano– y el resto por vía telefónica. En el estudio se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel económico social.
La idea del acuerdo Alfonsín-De Narváez estaba centrada en el territorio bonaerense. Hasta ese momento, la postulante de una eventual alianza entre la UCR, el socialismo y el GEN era Margarita Stolbizer. La realidad es que Alfonsín no mejoró su intención de voto.
Es más, Zuleta sostiene que bajó cuatro puntos, pero no está claro si por la aparición de Hermes Binner como candidato presidencial o porque no cayó bien entre sus votantes la alianza con De Narváez. OPSM directamente preguntó la opinión sobre ese acuerdo: 55 por ciento lo vio mal o muy mal y sólo al 31 le pareció bien. “Alfonsín necesitaba un candidato a gobernador competitivo y creyó que ese candidato era De Narváez y no Stolbizer. De Narváez sólo tenía el 8 por ciento de intención de voto, con el acuerdo subió. En nuestra encuesta, Alfonsín bajó unos puntos. Y atención, todavía hay que ver qué actitud toma una parte de la militancia del radicalismo, que no recibe con demasiado entusiasmo el paso que se dio.”
Más allá de las políticas de alianzas, lo que fundamenta el voto en la provincia de Buenos Aires es la aprobación de la gestión tanto de la Presidenta como del gobernador Scioli (ver aparte). Cristina Kirchner suma un 70 por ciento de opiniones entre buenas y muy buenas, mientras que Scioli llega a valores muy parecidos, el 67 por ciento.
“Hay un clima favorable tanto en el ámbito del campo como en el resto de las actividades económicas de la provincia –sostiene Zuleta–. La mayoría de las personas cree que las cosas se están manejando bien y diría que algunos de los casos que surgieron en las últimas semanas, el de los Schoklender o el Inadi, son muy propios de la Capital Federal. Insisto en que se respira un ambiente de reactivación. A esto se le puede agregar que Scioli aprobó lo que parecía una dificultad: la articulación con el gobierno nacional, con los intendentes y hasta con los sectores sindicales. Nada de eso se convirtió en un problema insoluble.”
Si se mira con detenimiento la intención de voto a presidente, Cristina Kirchner podría superar largamente el 50 por ciento. Es que, según OPSM, registra el 48,6 por ciento de los sufragios y todavía hay más de un diez por ciento de indecisos. Proyectando esa franja, la intención de voto llega, como mínimo, al 53 por ciento. Este diagnóstico coincide con el de otros sondeos que hoy se manejan en la provincia de Buenos Aires. En 2007, Cristina consiguió el 46 por ciento de los votos.
En general, los datos son alarmantes para la oposición, que en el distrito clave no logra arrancar. “La oposición va a recortar diferencias, se recuperó algo, en Capital, Santa Fe, Córdoba y Mendoza, pero la mayoría de los distritos restantes le serán claramente adversos. Y a eso hay que agregarle que Buenos Aires desequilibra todo el escenario. Lo que pesa, por ejemplo, es que en el territorio bonaerense hay buenas expectativas económicas y, además, entre el gobernador Scioli y la ministra Nilda Garré han logrado bajar mucho la tensión en los temas que tienen que ver con la inseguridad. Eso es muy notorio”, redondea Zuleta.
De acuerdo con la encuesta de OPSM, la Presidenta le saca nada menos que 40 puntos a Eduardo Duhalde, justo en el distrito en que el ex presidente tiene mayor caudal. Duhalde afronta serias dificultades en el resto del país y en territorio bonaerense, al menos por ahora, se acerca sólo al 8 por ciento.
Un paso más atrás queda Hermes Binner, recientemente lanzado y con bajos niveles de conocimiento. Habrá que ver si remonta una vez lanzada la campaña. Alberto Rodríguez Saá y Elisa Carrió tienen un panorama muy difícil. La líder de la Coalición Cívica obtuvo en 2007, la anterior elección presidencial, nada menos que el 26 por ciento en territorio bonaerense, por lo que si las cosas siguen así perdería cuatro de cada cinco votos conseguidos hace cuatro años.
Fuente: Página 12 (Raúl Kollman)